Formulario de búsqueda

Padres y pediatras
al cuidado de la infancia y la adolescencia

AQV 10 Años, (M) Castellón

Este relato lo ha escrito una chica de 10 años. Nos cuenta su experiencia. Dice que es alegre y divertida. ¡Estamos seguros! Tu historia es muy divertida. Y dice también que es tímida, pero aun así su relato nos dice mucho de ella y nos ha gustado conocerla.¡Gracias amiga!

Léed su historia. ¡Os gustará!

 

Todo empezó aquel 9 de marzo. El día en que el Coronavirus nos hizo quedarnos en casa sin saber bien que iba a pasar pero desde aquel día todo cambió.

Yo soy Aroa una niña tímida, alegre y divertida. Me gusta pasar mucho tiempo con mis amigos pero a partir de ahora no puedo salir ¡¿QUE VOY A HACER?!

Pensé que me aburriría, que los días se pasarían interminables como un reloj que está estropeado y nunca pasan las horas, pero no fue así y ¿sabéis por qué?

Porque ahí estaba… ¡¡¡Mi familia!!!

Mis padres Nando y Lourdes, son muy cariñosos, divertidos, algo gruñones y atentos, no se les escapa ningún cabo suelto, siempre están al acecho. Y después está mi hermano, Hugo, un niño graciosillo, travieso, inquieto, que le gusta hacerme mucho rabiar hasta sacarme de mis casillas pero que también me hace reír y compartir algún secreto. Es mi hermano y lo quiero mucho.

Al principio me sentía descolocada como un pato en un garaje o un libro sin palabras pero…¡CLINK! Se me encendió una luz.

Se me ocurrió un juego con retos, todos poníamos alguna prueba, ciertos retos eran bastante difíciles pero poniendo empeño los conseguíamos. A mi padre le tocó vestirse de mujer ¡¡JA, JA, JA!! Fué bastante gracioso. Mi padre no tiene mucho pelo y lo maquillamos, con los labios rojos, con ropa de mi madre que le venía muy ajustada, haciendo un pase de modelos… imaginaros la situación yo todavía me estoy riendo.

Otros días hacíamos yoga, gimnasia y jugábamos a algunos juegos de mesa.

Los días que estábamos más aburridos nos metíamos a la cocina a hacer postres, monas, bizcochos. Tengo que decir que las primeras monas que hicimos, no se podía clavar el diente, mi madre casi se rompe uno, de lo duras que estaban pero a partir de las segundas estaban muy ricas.

En el grupo de la clase pusieron un reto de tirarse harina a la cara y luego retaron ¡Ha tirarse nata! Menudas risas que llevábamos. Mi hermano también participó y el pobrecito acabó entero lleno de harina, parecía un muñeco de nieve en plena primavera.

Y así hemos ido pasando los días.

Al final las palabras volvieron al libro y el pato encontró la salida.

Me he dado cuenta que pasar días y días en casa puede ser muy divertido,

Yo ya sabía que mi familia era importante para mí, pero pasar tanto tiempo con ellos ha sido magnífico, ha sido una experiencia única.

Sigo con muchííííííísimas ganas de abrazar a mis abuelos, tíos, primos…, jugar con mis amigos en la calle, correr, gritar, saltar… pero valoro el tiempo que dedico a mi familia y que nunca jamás olvidaré.

Tengo una gran experiencia para contar a mis hijos cuando sea mayor y enseñarles lo importante que es LA FAMILIA.

De momento seguimos en casa y todavía no sé el tiempo que nos queda de seguir en ella. Sólo sé que voy a seguir disfrutando cada día, sin pensar en mañana.

Todavía nos quedan muchos retos que conseguir y tartas que cocinar, así que me voy a ello.

¡¡¡¡A SEGUIR DISFRUTANDO!!!!